Helena Calvo (Too Good To Go): "Empoderamos a la población para luchar contra el desperdicio de alimentos"
Helena Calvo nació hace 29 años en Badalona.Desde pequeña ha estado siempre vinculada y comprometida con proyectos sociales y medioambientales tanto en su ciudad como también en otros países y geografías. Estudió Comunicación Audiovisual en la Universidad Pompeu Fabra, lo que le permitió descubrir la importancia de una buena comunicación tanto interpersonal como también social y de masas. Con esa base, más adelante siguió aprendiendo para llenar de contenido los aprendizajes que había adquirido, formándose en Marketing Verde y en Desarrollo Sostenible. Se unió Too Good To Go cuando este movimiento aterrizó en Barcelona en 2018 una empresa incipiente que pronto acabaría por convertirse en este actual movimiento global en la lucha contra el desperdicio de alimentos. Desde entonces ha visto crecer este proyecto, formando parte del equipo de Marketing y Comunicación como Responsable de Proyectos de Sensibilización, liderando iniciativas que conciencien a la ciudadanía, las empresas y stakeholders acerca de esta problemática y de su impacto ambiental derivado. Too Good to Go ganó uno de los premios de sostenibilidad de los Alimara del CETT.
Lucha contra el desperdicio alimentario
¿Qué es Too Good To Go?
Too Good To Go es la mayor app que lucha contra el desperdicio de alimentos en el mundo. Lo que hacemos es que a través de nuestra aplicación para móviles los usuarios pueden salvar a precios muy reducidos el excedente de comida diario de miles de supermercados, restaurantes, panaderías y fruterías, entre otros establecimientos de alimentación. De esta manera evitamos el desperdicio de toda esa comida que ha sobrado al final de la jornada en estos negocios y aportamos una solución real e inmediata a un problema como el del desperdicio alimentario con graves consecuencias para la sociedad y para el planeta.
¿De dónde surge la idea de aplicarlo?
La idea surgió en Dinamarca en 2016 gracias a un grupo de amigos que estaban comiendo en un buffet y al final del mismo vieron cómo los camareros estaban tirando a la basura toda la comida que había sobrado. Fue algo que les dejó bastante impactados ya que era comida que estaba en perfecto estado. A partir de ese momento empezaron a investigar y fueron conscientes de la magnitud del problema y de las graves consecuencias que todo ese desperdicio tiene a todos los niveles. No se quisieron quedar de brazos cruzados y se dieron cuenta de que una buena forma de ayudar era crear una plataforma que permitiera conectar a los establecimientos que tuvieran excedente con personas que estuvieran interesadas en adquirir esa comida por menos dinero para darle segunda oportunidad y evitar su desperdicio. Todo empezó con los primeros establecimientos en Dinamarca y poco a poco la iniciativa se fue extendiendo a otros países.
¿Qué resultados se han obtenido hasta ahora?
A día de hoy ya estamos actuando contra el desperdicio de alimentos en 17 países no solo en Europa sino también Estados Unidos y Canadá, y la acogida está siendo tremendamente positiva. Ya contamos con una comunidad global de más de 54 millones de usuarios y más de 154.000 establecimientos gracias a los cuales hemos salvado ya más de 140 millones de packs de comida. En el caso de España, empezamos aquí a combatir el desperdicio de comida en septiembre de 2018 y desde entonces no hemos parado de expandir nuestro movimiento. Tanto que a día de hoy ya estamos activos en todo el país y estamos acompañados de una comunidad de más de 4 millones de usuarios y más de 15.000 establecimientos que nos han ayudado a salvar ya más de 7,5 millones de packs de comida con los que hemos ahorrado la emisión de más de 18.750 toneladas de CO2 que son las mismas emisiones que producen 3.691 aviones dando la vuelta al mundo.
¿Qué dificultades se han encontrado por ahora en el camino?
Siempre las nuevas iniciativas se miran con mucha expectación y antes apenas se hablaba del desperdicio de alimentos ni se tenía tanta visibilidad del problema como tenemos a día de hoy. Es cierto que todo el mundo estaba y está de acuerdo en que tirar comida es algo que no se debe hacer y no está bien visto, pero faltaba acción al respecto. Pero desde el principio teníamos claro que nuestra misión era ayudar y desde el minuto cero hemos recibido una buena acogida tanto de los establecimientos como de los propios consumidores. Y ello se debe a un concepto WIN-WIN-WIN en el que todas las partes salen ganando, ya que gana el establecimiento porque no desperdicia comida y obtiene unos ingresos por algo que antes tenía que tirar cuando llegaba el final de la jornada; gana el usuario porque ahorra dinero salvando comida de calidad a un tercio de su precio original; y sobre todo gana el planeta porque entre todos conseguimos dar una segunda oportunidad a toda esa comida y evitar las graves consecuencias medioambientales derivadas del desperdicio de alimentos.
Empoderar para luchar contra el desperdicio alimentario
¿Qué proyectos de futuro tiene Too Good To Go?
Nuestro objetivo principal es seguir inspirando y empoderando a la población en la lucha contra el desperdicio de alimentos tanto a través de nuestra app como también por medio de campañas de concienciación que nos permita educar y sensibilizar aún más a los consumidores en torno a esta problemática y darle las herramientas necesarias para que puedan tomar acción desde los hogares y en su vida diaria. Por tanto, no solo queremos seguir expandiendo aún más nuestra app por todo el territorio para salvar el mayor volumen de comida posible y que no se desperdicie nada. También vamos a seguir desarrollando y lanzando iniciativas de sensibilización como nuestra campaña Mira, Huele, Prueba con la que queremos acabar con el desperdicio de alimentos producido por la confusión que aún hoy existe entre los consumidores sobre la fecha de consumo preferente animándolos a usar sus sentidos antes de desperdiciar alimentos que siguen estando en buen estado una vez pasada su fecha de consumo preferente. De esta manera queremos involucrar tanto a la población como a las administraciones públicas y a todas las partes de la industria alimentaria porque tenemos claro que tomar acción y reducir las cifras del desperdicio de alimentos es tarea de todos y solo trabajando conjuntamente podremos vivir en un planeta con desperdicio cero.
¿Por qué la clientela elige Too Good To Go?
Por la variedad de establecimientos en los que salvar comida, por el ahorro pero sobre todo porque cada vez la sociedad está mucho más concienciada en todo lo que tiene que ver con la sostenibilidad y cada vez hay mayor voluntad por parte de toda la sociedad de asumir nuevos hábitos de consumo que sean más responsables y respetuosos con el medioambiente. Y en ese sentido, tanto los usuarios como los establecimientos y las marcas que se están uniendo a nuestra iniciativa, han visto en Too Good To Go una manera muy sencilla de poder aportar su granito de arena combatiendo el desperdicio de alimentos para cuidar del planeta y si además, como en el caso de los usuarios, no solo consiguen comida de calidad sino que además están ahorrando dinero, mucho mejor.
¿Qué significa para Too Good To Go haber ganado un premio Alimara a la sostenibilidad?
Sin duda alguna, ha sido todo un honor recibir este reconocimiento y lo hemos recibido con una gran ilusión porque es una demostración de que estamos yendo por el buen camino y sobre todo nos anima a seguir trabajando duro en lo que creemos, que no es otra cosa que seguir avanzando en esta misión que es la de combatir el desperdicio alimentario. Además, este premio no solo ha sido una manera de recompensar y visibilizar lo que estamos haciendo sino que lo vemos también como un llamamiento para que tanto la población como la industria alimentaria y la administración pública pongan en su centro de atención y como prioridad la lucha contra el desperdicio de alimentos. No hay que olvidar que existen unos objetivos dentro de la Agenda 2030 establecidos por la ONU entre los que se incluye la meta de reducir a la mitad la pérdida y el desperdicio de alimentos para finales de esta década. Quedan tan solo unos años para cumplir con esos objetivos y, si no se toman medidas urgentemente y se actúa ya, no lo conseguiremos.