Fotografía de: Analitzem el paper de les diades nacionales a les destinacions turísriques. | CETT
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Fiesta Nacional de Cataluña 2024 | Las fiestas nacionales en los destinos turísticos

09.09.2024
 

Te has planteado cómo vive un/a turista la fiesta nacional? 

Este miércoles 11 de septiembre celebramos el Día Nacional de Cataluña y este año hemos querido reflexionar sobre el papel que estos hitos tienen como instrumento de comunicación institucional, ya que se presentan como una oportunidad para destacar la singularidad histórica y cultural de una región. En el siguiente artículo, el Dr. Jordi Arcos, director de investigación del CETT, analiza a través de ejemplos la importancia de las fiestas nacionales para los destinos turísticos. 

Diada Nacional Catalunya 2024 CETT

Según los sociólogos escoceses McCrone y McPherson, si analizamos de forma comparada las fiestas nacionales a nivel internacional, podemos observar como los países mantienen relaciones diversas con estas fechas señaladas. Estas festividades no se pueden simplificar y considerar únicamente como una celebración chovinista donde prima la exaltación de unas esencias nacionales, sino que los orígenes diversos de las fiestas nacionales y las formas de celebrarlas (o no hacerlo) las convierten en un fenómeno complejo.

Aun así, aquello que todas comparten es un carácter político: son marcadores de significado a la historia nacional. Una muestra clara de esto es el 3 de octubre en Alemania (Tag der Deutschen Einheit), una fiesta nacional de creación reciente y que, según explica Vera Simon (Universidad de Bielefeld), presenta una narrativa centrada en el acuerdo político por la reunificación alemana pero aséptica en relación a la vivencia comunitaria, y que es vivida de forma diferente en el territorio alemán. Este hecho muestra la necesidad de repensar el significado de las fiestas nacionales a través de ponerlas en diálogo con las sociedades actuales.

Una mirada histórica y cultural de las fiestas nacionales 

Considerando que las capitales suelen ser los epicentros de las fiestas nacionales y que, parafraseando al geógrafo López Palomeque, de la Universitat de Barcelona, las ciudades ya no tienen turismo, sino que son ciudades turísticas, las fiestas nacionales pueden encontrar en los turistas una audiencia a la cual dirigirse, explicando y compartiendo la relevancia histórica de la jornada en cuestión. Esta voluntad es de especial importancia en el contexto actual, puesto que la posibilidad de una relación respetuosa entre los turistas y un destino que no quiere ser un escenario intercambiable, anodino e insustancial pasa también para promover aquellas narrativas y mensajes que buscan compartir la historia y los hechos singulares y el sustrato sociocultural de los destinos.

Dado que nos encontramos muy cerca del 11 de septiembre, Día Nacional de Cataluña, veamos cómo algunos destinos que se encuentran en una situación similar a la catalana, es decir, son territorios con un fuerte carácter nacional pero sin un Estado propio, aprovechan su fiesta nacional para dar a conocer sus particularidades histórico-culturales a la audiencia turística.

En primer lugar, tenemos a Escocia, que conmemora su fiesta nacional, de origen religioso, el 30 de noviembre. Este es el día de San Andrés, vinculado a varias leyendas escocesas y cuya cruz da forma a la bandera de esta nación. San Andrés es el patrón de Escocia desde el año 1320, cuando se proclamó la soberanía del país delante del papa Juan XXII a través de la Declaración de Arbroath. No obstante, no se convierte en festivo nacional hasta el año 2006. El 30 de noviembre, fecha intrínsecamente vinculada a la historia de Escocia, la música, la danza y la comida tradicional son protagonistes en diversos eventos y fiestas que se celebran a lo largo de la nación escocesa. La entidad encargada de la promoción y gestión del turismo en Escocia, Visit Scotland, explica el contexto de esta fecha a través de su página web y ofrece, además, información sobre aquellas canciones populares que se escuchan, sí o sí, durante el día de San Andrés, los platos que hay que probar, o información y curiosidades sobre el gaélico y otras costumbres y elementos distintivos de la cultura escocesa.

En segundo lugar, otro destino con mucho en común con Cataluña y Escocia, y que abre las puertas de su día nacional a aquellos que lo visitan es Quebec. La fiesta nacional de Quebec es el 24 de junio, día del solsticio de verano y San Juan. En Quebec, esta fiesta, promovida durante la primera mitad del siglo XIX por la Saint-Jean-Baptiste Society, adopta, desde sus inicios, un carácter patriota, ya que era celebrada por quienes tenían orígenes franceses. Nos encontramos aquí, pues, una festividad de origen religioso, pero atravesada por la semántica política, que en 1977 se convierte en la festa nacional de Quebec y que desde 1984 gestiona el Mouvement national des Québécoises et Québécois. Esta festividad es también compartida con visitantes de Quebec, tal y como se muestra en la página web de la institución gestora de turismo en Qebec: Destination Québec cité. Este ejemplo se proyecta desde una mirada más lúdica que en el caso escocés, ya que entre los múltiples eventos que configuran el programa se encuentran señaladas cervecerías artesanas, opciones para hacer rafting o conciertos. Aun así, no se pierde la oportunidad de remarcar la finalidad de la festividad (la celebración de la cultura, lengua y identidad propia de Quebec), invitar a los visitantes al acto principal, así como promocionar una visita guiada para conocer las raíces de la civilización francesa en Norteamérica.

El papel institucional de las festividades nacionales

A través de estos dos ejemplos vemos cómo las fiestas nacionales son una oportunidad fantástica para abrir la puerta a visitantes y dar a conocer qué celebre la festividad y por qué eso sigue teniendo relevancia en la actualidad. Esto sucede especialmente en fiestas como las que hemos comentado, es decir, las que guardan relación con un clamor carácter nacional. En territorios como los actuales, donde conviven residentes con visitantes, buscar estrategias para compartir la reivindicación implícita en la festividad con estos últimos hace que la celebración adquiera sentido más allá de las dinámicas internas de la sociedad. El caso catalán, que conmemora la caída de Barcelona a manos de las tropas felipistas el 11 de septiembre de 1714, sigue la misma línea que los casos anteriores y lo recoge y sintetiza desde una mirada histórica para los visitantes de Cataluña la Agencia Catalana de Turismo en su página web.

Aun así, el significado de una fiesta nacional va más allá de los meros hechos históricos y permite, entre otros, dar a conocer elementos singulares de la cultura local, acentuar el hecho diferencial lingüístico, destacar las elaboraciones gastronómicas que llevan marcado el territorio en su sabor o invitar a actividades que faciliten al visitante conocer el carácter del lugar donde se encuentra. El fomento de un turismo respetuoso y consciente del territorio pasa, también, per concebir estas festividades con el potencial de incidir en la imagen proyectada en la experiencia de visitantes.