“Los mejores líderes son los que su equipo elegiría si tuviera esa posibilidad”
Cristina Moyano nació en Madrid, aunque está muy unida a Barcelona por vínculos familiares. Tiene un doble grado (ADE por ICADE y Marketing por Parsons The New School en Nueva York). Ha cursado programas de educación ejecutiva en universidades como Columbia o IE y tiene un Executive MBA. He desarrollado su trayectoria profesional entre España y EE. UU., ocho años dedicada a la consultoría estratégica y los últimos casi ocho enfocada en el mundo emprendedor. Fue parte del equipo fundador de Endeavor España y hace 4 años que trabaja en Amadeus Ventures, el programa de inversión en startups de Amadeus IT Group. También colabora con el IE como mentora y jurado en proyectos de emprendimiento. Participará en el CETT Smart Tourism Congress Barcelona para hablar de liderazgo femenino.
Qué es un buen liderazgo
¿Qué define un buen liderazgo?
Los rasgos de un buen líder, en mi opinión, tienen que ver con el servicio a los demás. Los mejores líderes son aquellos a los que su equipo elegiría si tuviera esa posibilidad. Son queridos, admirados y respetados por las personas a las que lideran. Desarrollan a sus equipos hasta su máximo potencial. En un entorno en el que la única constante es el cambio, los líderes deberían tener visión, mentalidad estratégica, capacidad de innovación y adaptación y saber tolerar la ambigüedad. Sin embargo, lo verdaderamente importante en los líderes tiene que ver con sus rasgos personales y las competencias de gestión de personas. En rasgos personales destacaría la autenticidad y la valentía. Los mejores líderes tienen un alto nivel de autoconocimiento, conocen sus valores, las reglas y sus límites independientemente de las circunstancias y lideran desde el ejemplo y la integridad. Lo mismo que exigen a sus equipos se lo aplican a ellos mismos.
¿Alguna característica más?
Los verdaderos líderes ponen su tiempo y su conocimiento al servicio de los demás. Trabajan de la mano de sus equipos para conocerlos mejor y motivarlos. Tienen empatía y se preocupan por el desarrollo profesional de las personas que tienen a su cargo, no controlan a sus equipos, les inspiran para hacer grandes cosas. Entienden que sus equipos no pueden crecer ni progresar si no se les da libertad para tomar sus decisiones y aprender de sus aciertos y errores dentro de un marco que definen a través de la comunicación. Sus equipos les respetan y admiran y ellos influyen en su equipo desde esa confianza.
¿Un buen liderazgo femenino es diferente a un buen liderazgo masculino?
Para mí, un buen líder es como un buen director de orquesta, es capaz de hacer brillar a cada componente del equipo cuando es su momento y que el conjunto brille más que cada uno a nivel individual. Ser buen o mal líder depende de las motivaciones, rasgos y competencias de la persona. Los hombres y las mujeres tenemos sensibilidades diferentes, pero en un buen liderazgo lo importante es que la orquesta suene bien.
¿Hay mal liderazgo femenino?
El buen liderazgo no depende del género. Hay buenos líderes tanto hombres y como mujeres. En consecuencia, también hay mal liderazgo femenino.
¿Qué consejos daría a una mujer que aspire a ocupar puestos de dirección?
Dado que todavía las mujeres suponen una baja representación en puestos de dirección, aquellas que llegan a dichos puestos tienen una enorme responsabilidad. Además del compromiso que tienen con sus equipos y con su empresa, tienen un compromiso con la sociedad de ser un buen ejemplo para otras mujeres. Mi consejo sería que nunca dejen de aprender, de crecer, de perseguir la excelencia y que desde la autenticidad puedan proyectar la mejor expresión de ellas mismas.
Emprendimiento y liderazgo
Tiene más de 15 años de experiencia, ocho como consultora estratégica y los últimos siete enfocados al emprendimiento. ¿Emprender requiere un liderazgo especial?
Si el perfil del emprendedor es diferente, su liderazgo también lo será, entendiendo que se basa en motivaciones, rasgos y competencias de la persona. Para analizar el perfil del emprendedor, voy a utilizar algunos hallazgos del estudio que hizo mi amigo y antiguo compañero de trabajo en Korn Ferry, Julio Moreno. Os invito a leer el estudio entero porque es muy interesante, y sienta algunas bases pedagógicas que se deben seguir para reforzar el desarrollo de este perfil en los ámbitos docentes o en el entorno familiar. El emprendedor se muestra como una persona orientada a la acción, que persigue con pasión sus sueños, menos dada a la parálisis por análisis. En situaciones normales, sin un elevado nivel de estrés, el emprendedor tiende a relacionarse con otros de forma fácil. Tiene un perfil más relacional que transaccional. Sin embargo, si el estrés aumenta, el emprendedor pone foco y se dirige al objetivo con determinación.
¿Y en lo referente a las motivaciones?
En cuestión de motivaciones, la principal motivación para emprender es la búsqueda de independencia y la pasión por el cambio, más allá del compromiso con el aprendizaje continuo y la búsqueda de responsabilidad, influencia y posición. Estas dos últimas motivaciones influyen en el emprendedor, pero la que se muestra diferencial respecto al resto es la búsqueda de independencia.
¿Y en competencias emocionales?
En ellas, destaca la confianza elevada que tienen, no solamente la seguridad en sí mismos y en sus capacidades, sino la certeza de que los retos y dificultades que surjan en el camino se resolverán. El interés en definitiva por desempeñar papeles en los que la superación de obstáculos sea una constante. Entendiendo estas características, en general, serán líderes que transmiten pasión por su trabajo, que persiguen un propósito y no se detienen ante las dificultades. Líderes que toman decisiones con agilidad y confianza y se muestran comprometidos con su decisión. Líderes que empiezan a perder motivación cuando ven que su independencia está en juego.