Gabriel Lucas Dimmock, mejor sommelier de España: "Seis años después, todavía reviso los apuntes del CETT"
El alumni del CETT-UB Gabriel Lucas Dimmock es el mejor sumiller de España tras ganar la 26ª edición del Campeonato Nacional de Sommeliers Tierra de Sabor, celebrada en el 34º Salón Gourmets. Gabriel Lucas Dimmock formó con el Diploma Superior de Sumiller del CETT-UB en 2014 y 2015. Dimmock ha visitado este lunes las instalaciones del CETT y ha explicado su trayectoria al alumnado.
¿Qué supone para ti haber ganado este concurso?
Es el punto final a los objetivos que me marqué cuando terminé mi formación en el CETT, pero, sobre todo, ha sido lograr un reto personal: quería ganar el concurso y dedicarlo a mi madre, que murió el año pasado, para que estuviera orgullosa de mí. Estoy muy satisfecho de este reconocimiento después de haber ganado también dos veces el concurso de mejor sommelier de Baleares y el Ruinart Sommelier Challenge.
Antes de dedicarte al mundo del vino, trabajabas en una aerolínea. ¿Cómo pasaste de un sector a otro?
Trabajé felizmente a Spainair hasta que la compañía cerró tras el accidente de Madrid. Entonces tuve un restaurante, pero la crisis del 2010 nos castigó. El salto al mundo del vino surgió por una historia que me gusta contar: el visitador de Raventós i Blanc que venía al restaurante y también ex alumno del CETT, Jaume Tauler, me decía a menudo que yo debía ser sommelier. Insistió mucho y, finalmente, me acabé apuntando al Diploma Superior de Sumiller, la mejor decisión profesional que he tomado en mi vida. Siempre estaré agradecido a Jaume Tauler por haberme guiado.
¿Qué características crees que debe tener un buen sommelier?
Un gran sumiller es aquél que no deja de formarse, que quiere ser mejor día a día y, sobre todo, que siempre tiene los pies en el suelo para recordar que lo más importante es hacer al cliente feliz. Un buen sommelier no debe demostrar todo su conocimiento ante el cliente, sino que debe hacerlo disfrutar.
¿Qué supuso estudiar el Diploma de Superior de Sommelier en el CETT?
Lo supuso todo, porque no conocía casi nada del mundo del vino. Siempre que comienzo una cata cuento que seis años atrás no sabía que el albariño es una variedad de uva y que Ribeiro es una zona. Fue gracias al CETT y a sus formadores que abrí la puerta infinita de conocimiento. Para mí, el CETT es de las mejores escuelas para formarse y estoy muy orgulloso de haber estudiado porque te da una base increíble para hacer tu carrera y continuar con más formación. ¡Incluso hoy en día todavía miro los apuntes de mi época de estudiante!
¿Qué retos de futuro te planteas?
Ahora toca descansar y estar con la familia, que ha estado a mi lado en todo este proceso. Luego me centraré en conseguir el advance course sumiller y terminar un máster en champán. Seguro que más adelante surgirán más retos y se tratará de disfrutar de este camino.