Ciudad, industria creativa y turismo: una nueva mirada al paisaje cultural

Empezamos por la última cuestión: las industrias culturales, basadas en la creación y transmisión de los bienes culturales, se consideran, hoy en día, un subcampo de las industrias creativas, las cuales pueden definirse como todas aquellas actividades que se basan en la generación de conocimiento, su transmisión y su aplicación. Arquitectura, diseño, arte publicidad, programación, etc. son algunos de los sectores económicos que pueden incluirse en esta área. La aparición de estas actividades económicas ha hecho que cultura y creatividad, entendidas como factores urbanos, vayan de la mano y se hayan convertido, en los últimos tiempos, clave para la diversificación económica de las ciudades y la atracción de talento, así como para hacer de las ciudades un espacio más humano, inclusivo y sostenible.

Además, la presencia de una industria creativa potente en un entorno urbano permite que los residentes tengan la oportunidad de participar de la vida cultural de la ciudad y, de este modo, disfruten de una mejor calidad de vida. Esta idea es compartida por la red de ciudades creativas de la UNESCO, una red creada en 2004 y que quiere poner las condiciones para lograr unas ciudades más sostenibles a partir de potenciar las industrias creativas y promoviendo el acceso y participación de la ciudadanía. Esta red está, a su vez, subdividida en 7 subredes vinculadas a la literatura, la gastronomía, las artes audiovisuales, el diseño, el cine, la música y las artes populares.

Sin embargo, la industria creativa no sólo tiene un impacto en la vida cotidiana de los residentes de la ciudad, sino que también tiene la capacidad de redefinir y generar nuevas oportunidades para el turismo y su gestión. Esto se explica porque, por un lado, la industria creativa permite crear una imagen que singulariza y dota de identidad las aglomeraciones urbanas en el escaparate global y, por otro lado, porque la integración del sector turístico con los sectores de la industria creativa permite explorar el desarrollo de tipologías turísticas que se alimentan de la huella de la industria creativa en un territorio. Estas tipologías turísticas, tales como el turismo gastronómico, literario o cinematográfico, tienen la capacidad de releer el territorio y trascender las miradas tradicionales sobre las ciudades a partir de la integración de nuevos imaginarios provenientes de la industria creativa.

Para desarrollar estas tipologías turísticas, sin embargo, es necesario adoptar una perspectiva capaz de formular una oferta de productos turístico que resulte interesante para los visitantes pero también para los mismos residentes. Un buen ejemplo de esto lo encontramos en Edimburgo, ciudad creativa de la literatura desde el año 2004. La capital escocesa escenifica esta estrecha relación entre industria creativa y turismo que puede promoverse desde la gestión, apostando por integrar la literatura en el plan estratégico de turismo de la ciudad y haciendo un esfuerzo para fomentar este tipo de visita, facilitando la creación de productos de turismo literario. Hoy, Edimburgo tiene una oferta variada con la capacidad de atraer literatos a través de festivales internacionales, equipamientos patrimoniales, como el Edinburgh International Book Festival, y de otros productos turísticos, como el Writer's Museum o el mapa literario LitLong, que ponen en valor el paisaje literario de la ciudad.

Este modelo nos demuestra las infinitas posibilidades que la industria creativa nos puede aportar y la oportunidad que tienen las ciudades de usar este activo para diversificar la oferta turística y atraer nuevos públicos con un interés proactivo para descubrir nuevos relatos y miradas sobre la destino. Una opción que hay que explorar y por la que vale la pena hacer una apuesta de sector.

Más información en: "Assessing Literary Heritage Policies in the Context of Creative Cities"  

Fuente imagen: Canaan, Wikimedia Commons.

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