La aportación del turismo gastronómico a los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS)
21.02.2020
La sostenibilidad es un elemento indiscutible en el despliegue de cualquier tipología de turismo. Tanto su dimensión medioambiental, como la económica y la sociocultural, deben equilibrarse para conseguir que el desarrollo presente no comprometa en ningún caso el desarrollo futuro. Este es el compromiso al que llegaron 150 países en el 2015, definiendo para su alcance los 17 objetivos de desarrollo sostenible que, junto con las 169 metas establecidas, constituyen la llamada agenda 2030. Ante esta realidad, los destinos están ávidos de encontrar recursos y elementos que les ayude a evolucionar en el plano turístico de una forma sostenible.
En este sentido, el fomento del turismo gastronómico en un destino, entendido como aquel conjunto de actividades que facilita al turista conocer, experimentar, comprar y degustar la gastronomía de un territorio, parece ser un elemento que favorece la gestión turística sostenible. Esta fue una de las conclusiones a las que se llegó en el seminario organizado por el CETT en Casa Vicens, en el marco del Máster de Innovación en la Gestión Turística, donde varios expertos debatieron, precisamente, sobre la aportación del turismo gastronómico al cumplimiento de los 17 objetivos de desarrollo sostenible.
Según los expertos, el turismo gastronómico contribuye a las tres dimensiones de la sostenibilidad turística: la medioambiental, la económica y la sociocultural. Destacando algunas de sus principales aportaciones, cabe decir que la puesta en valor de productos locales favorece el mantenimiento de determinados cultivos beneficiando a la biodiversidad de un territorio, además de ayudar a la conservación de determinados paisajes.
También el turismo gastronómico, en su despliegue, incorpora sectores hasta el momento no considerados por la industria turística. El sector primario, los productores y los elaboradores de productos alimentarios, juegan un papel fundamental en las propuestas relacionadas con el turismo culinario. De este modo, un mayor número de agentes del destino se pueden ver beneficiados por la riqueza que genera la actividad turística y, en consecuencia, aumentar el impacto económico en este. Dentro del ámbito económico, los expertos también destacaron que el turismo gastronómico favorece la desestacionalización de la demanda y, por lo tanto, impulsa la creación de empleo turístico estable.
Otro aspecto que cabe destacar es su aportación al mantenimiento y conservación de algunos oficios tradicionales vinculados a la producción y elaboración de productos alimentarios. El turismo gastronómico está siendo, en algunos países, un elemento indispensable en el desarrollo económico de determinadas zonas rurales. Finalmente, resulta indudable la aportación del turismo gastronómico a la conservación del patrimonio cultural, contribuyendo a la supervivencia de productos locales, tradiciones, oficios e historias vinculadas con la gastronomía del territorio. Este modelo incorpora como elementos de gran valor turístico no solo productos y elaboraciones locales (elementos más tangibles), sino también todos aquellos elementos inmateriales que favorecen la creación de un relato gastronómico del destino (historia, tradiciones, fiestas, ...).
Esta realidad no hace más que confirmar que el sector turístico, para ser sostenible, debe desarrollarse buscando el equilibrio entre la dimensión medioambiental, la económica, y como no, la sociocultural. Ante este reto, pues, el turismo gastronómico puede contribuir positivamente al alcance de los 17 objetivos de desarrollo sostenible, ya sea mejorando el impacto económico de la actividad turística y desestacionalizando la demanda, como favoreciendo la conservación del patrimonio cultural culinario de un territorio. Como prepararte para afrontar este reto? A través de nuestro Máster en Gastronomía Sostenible o el Máster en Turismo Responsable y Sostenible.
Emma Pla Rusca
Directora Máster Universitario de Innovación en la Gestión Turística CETT-UB
Coordinadora de la especialidad Gestión Turística del Patrimonio Culinario y Gastronómico