¿Cómo romper las barreras de la interactivitat?
La democratización de los bienes turísticos y patrimoniales, el acceso a ellos por parte de toda la población con independencia de sus condiciones, ha sido una reivindicación constante en la sociedad occidental en las últimas décadas. Este afán ha comportado una gran diversidad de políticas públicas orientadas a la incorporación de colectivos habitualmente olvidados en los programas de públicos y audiencias de los equipamientos culturales públicos y privados. Este cambio progresivo de orientación no parte únicamente de la voluntad de aumentar el número de visitantes y usuarios de estos equipamientos, sino que va más allá al considerar que se trata de hacer real un planteamiento básico en una sociedad realmente inclusiva con todos los ciudadanos: el derecho subjetivo de todos los individuos a disfrutar de la cultura independientemente de sus condiciones personales. Son distintos los colectivos tradicionalmente marginados y cada uno conlleva unas actuaciones específicas. Sin embargo, de entre estos colectivos destaca en particular el de las personas con discapacidad o diversidad funcional. Y destaca no únicamente por su aislamiento tradicional en prácticamente todas las facetas de la vida social sino porque las actuaciones destinadas a su inclusión muy a menudo son actuaciones útiles para todo el mundo. Es decir, actuando para la inclusión de las personas con discapacidad podemos ofrecer “soluciones universales”, soluciones que son útiles para todos los visitantes tengan o no discapacidad.
Así pues, la variedad no solo de perfiles culturales, económicos, etcétera, sino también de necesidades funcionales, es una cuestión primordial en la concepción de los equipamientos turísticos y patrimoniales diversos. En este sentido, el «confort» como el tipo de luz, áreas de descanso, pavimentos, servicios, etcétera, carecen de importancia cuando los equipamientos culturales no permiten que determinados visitantes puedan disfrutar de ellos simplemente porque no pueden tan siquiera acceder físicamente a ellos o porque no existen medidas de accesibilidad a la comunicación para personas con discapacidades sensoriales, por ejemplo.
En definitiva, el interés por los usuarios y visitantes de los equipamientos culturales debe incluir necesariamente una mirada crítica sobre qué medidas de accesibilidad se toman para garantizar que todos los visitantes puedan disfrutar las propuestas de los museos con igualdad de condiciones.
Si pretendes hacer una aproximación teórica y práctica a las cuestiones anteriores ahora puedes hacerlo con el próximo curso online que se impartirá en CETT eLearning Accesibilidad e inclusión en el entorno turístico-patrimonial y que forma parte del Máster online en Gestión y Dinamización Turística del Patrimonio. La finalidad de este curso es ofrecer herramientas útiles para una concepción realmente inclusiva en los entornos turísticos a través de la máxima accesibilidad.