Agustí Vilamasana, "El CETT me ofreció una muy buena formación base para poder desarrollar diferentes líneas de crecimiento profesional de manera efectiva. "
Agustí Vilamasana tiene 29 años es de Barcelona, aunque actualmente reside en Nueva Zelanda. Estudió en el CETT el Diploma Superior de Sumiller
Estudiar en el CETT
¿Qué aspectos de tu formación en el CETT consideras que han sido clave para tu desarrollo profesional?
Diría que sin ninguna duda el CETT me ofreció una muy buena formación base para poder desarrollar diferentes líneas de crecimiento profesional de manera efectiva.
Es importante tener unos buenos cimientos sobre los que construir. En mi caso el CETT me dio la posibilidad de establecer esos cimientos, tener una base fuerte y estructurada a nivel formativo.
CETTWanderlust Nueva Zelanda
Nueva Zelanda es conocida por su diversidad vinícola, ¿cómo fue tu proceso de adaptación a la cultura del vino en este país comparado con lo que aprendiste en Europa?
Desde que llegué a Nueva Zelanda he estado trabajando como viticultor principalmente. Apenas tenía experiencia práctica en viticultura así que en parte fue fácil adaptarme ya que no tenía muchas referencias anteriores y he aprendido prácticamente todo desde cero.
Respecto a la cultura del vino de Nueva Zelanda en general, hay algo que debemos recordar, y es que no deja de ser parte del Nuevo Mundo.
El sector vinícola en Nueva Zelanda sigue siendo extremadamente joven comparado con el de Europa, sobre todo si lo comparamos con el de España, Francia o Italia. Para ayudar a entenderlo mejor yo diría que Nueva Zelanda está en el punto en el que estaba Europa hace 20 años. Justo ahora empiezan a verse productores que están en transición hacia la viticultura orgánica y, de hecho, no son demasiados todavía, al igual que los que apuestan por la biodinámica. Sinceramente creo que estos últimos podemos contarlos con los dedos de las manos.
La idea de “Terroir” que tenemos en Europa es algo que aquí no se ha tenido en cuenta durante la mayoría de su historia vitivinícola. Siempre se buscó el darle más importancia a la variedad y a las grandes producciones de estas.
Afortunadamente ahora vemos que empieza a haber más diversidad tal como mencionabas en la pregunta. Pequeños productores o no tan pequeños en algunos casos, que empiezan a ofrecer alternativas al vino tradicional neozelandés y que en términos de calidad se pueden ya comparar con grandes vinos europeos. Sin duda creo que se ha iniciado un camino que colocará al vino neozelandés en una posición mucho más prestigiosa durante los próximos años.
¿Qué diferencias clave has notado entre los consumidores de vino en Nueva Zelanda y en otros lugares donde has trabajado o estudiado?
Aquí en Nueva Zelanda hay un gran interés por la cerveza también, de hecho, se consume más cerveza que vino aún siendo un país vinícola. Esto es algo que seguro nos suena a todos los que hemos trabajado en el sector del vino en España ya que es algo que tenemos en común con los neozelandeses.
Aun así, y al igual que en España, se ve un crecimiento progresivo en el consumo de vino, posiblemente incitado por aquellos productores que están ofreciendo alternativas con más personalidad y alejadas de las clásicas grandes producciones.
Trabajas en Black Estate Wines, una bodega muy reconocida en la región, ¿podrías contarnos cuáles son los mayores desafíos y satisfacciones de trabajar allí?
Claramente diría que el mayor desafío fue trabajar en el exterior durante el invierno teniendo un equipo tan pequeño. Creo que nunca había estado tan contento de sentir la llegada de la primavera como este año.
Por otro lado, es una gran satisfacción trabajar y formar parte del equipo de una de las bodegas referentes a nivel nacional, sobre todo por toda su involucración con la viticultura orgánica, biodinámica y la producción de vinos con poca intervención.
¿Cuál es tu variedad de uva favorita para trabajar y degustar en Nueva Zelanda, y qué la hace tan especial?
Sin duda la variedad que me ha cautivado estando aquí en NZ ha sido la Pinot Noir, concretamente la de Central Otago, al sur del país.
Es gracioso que haya tenido que venir a la otra punta del mundo para empezar a apreciar más esta variedad. Pero sinceramente la Pinot Noir nunca me atrajo demasiado, quizá porque en España no es una variedad destacada, o quizá por el desconocimiento de una buena versión de la misma al tener poca accesibilidad, por ejemplo, a los grandes vinos de la Borgoña donde claramente esta variedad es la reina indiscutible.
En cualquier caso, el hecho de haber trabajado al principio de mi aventura en Rippon, una bodega a las orillas del lago Wanaka en Otago, me dio la oportunidad de estar mucho más en contacto con esta variedad y descubrir grandes vinos con mucha personalidad y, que además, mostraban perfectamente la esencia del “Terroir”, lo cual siempre he considerado fundamental para los vinos que aspiran a ser vinos de gran calidad.
Si pudieras recomendar un vino de Black Estate Wines para sorprender a un aficionado al vino europeo, ¿cuál sería y por qué?
Recientemente ha salido a la venta el Skypunch Viogner 2023, es creo uno de los mejores vinos elaborados con Viogner que he probado. También recomendaría Damsteep Pinot Noir 2021 o Home Chardonnay 2023.
Sinceramente los recomendaría porque provienen de parcelas únicas y muestran perfectamente lo que es un vino con poca intervención bien hecho.
Consejo a dar a futuros estudiantes o estudiantes finalizadores
El miedo es inevitable, siempre se siente miedo en una situación así. De hecho, lo raro sería no sentirlo. Sentimos miedo porque es un paso que nos saca completamente de la zona de confort y nos expone a algo totalmente nuevo pero, sinceramente, creo que toda la magia esta fuera de esa zona de confort.
Así que a aquellos que tienen en mente dar ese paso les diría que acepten el miedo como algo natural y como parte del proceso de exponerse a lo desconocido. En esta vida nunca será una mala decisión el querer explorar nuevos caminos o lugares.
No sé si puedo dar consejos, pero si puedo compartir mi experiencia y quizá poder aportar algo de perspectiva a personas que estén pasando por situaciones parecidas a las que he pasado yo.
Claramente vivimos en un mundo que está patas arriba y actualmente estamos atravesando una situación muy compleja a nivel socio económico, lo cual nos genera una carga horrible a nivel personal. Todo va extremadamente acelerado y queremos que todo llegue prácticamente al instante.
En mi experiencia he podido comprobar que nada llega tan rápido, se requiere de tiempo para cumplir objetivos. De hecho, yo sigo en pleno proceso de construcción con muchas de mis metas y sé que aún me queda mucho por hacer y recorrer.
Por ese motivo es importante aprender a disfrutar de ese proceso, debemos permitirnos celebrar los pequeños momentos de gloria y enorgullecernos de cada paso adelante que vamos dando en dirección a nuestros objetivos.
Sin duda habrá días en los que nos sentiremos faltos de energía, habrá momentos de lucha interna, momentos en los que incluso nos sentiremos perdidos en nuestro propio camino hacia nuestras metas. Pero una vez más hay que aceptar todos esos momentos complicados también como parte del proceso.
Creo que debemos ser pacientes y sobre todo ser justos con nosotros mismos. No puede haber reproches cuando lo que rige nuestra vida es la pasión y la constancia.